martes, 25 de febrero de 2014

Historia de la Corrupción


El inicio de la corrupción va de la mano en como se empezó la civilización, es cuando el hombre se va agrupando e integrando inteligentemente y sistemáticamente desde nómadas pasando a pueblos y ciudades, dando lugar a múltiples formas de organización social, política y económica, así como en las naciones y la propiedad privada, junto con los valores y conductas relativas a sus actividades comerciales, de gobierno, religiosas lo que les permite lograr lo que son legitimas aspiraciones humanas y económicas.

De estas aspiraciones difíciles de alcanzar por todos, nace la competencia por recursos económicos, poder y posición social que los propios humanos reglamentan a través de su gobierno para ecitar guerras, dominaciones mediante los mercados y la política, desacuerdos  que en ocasiones se genera entre grupos e individuos.

 Los humanos  compartimos muchos aspectos de nuestra vida en común y en  la sociedad ,   lo realizamos con conocimiento y voluntad, es decir, que habiéndose tenido la capacidad de elegir nos decidimos por no cumplir con una exigencia ética fundamental para el logro del bien común: la honestidad, dando paso a un fuerte individualismo, donde lo más importante son las conveniencias económicas y políticas. Es decir, el predominio de nuestra satisfacción personal, sin importar como, sobre los derechos de la colectividad.

Aunque  en la historia de la civilización han evolucionado muchas condiciones y conceptos, existen principios y valores que no deben vulnerarse,   constituyen elementos esenciales de las relaciones humanas, lo  que nos lleva a la llamada responsabilidad social  y nos compromete a todos en una ética que le da sentido a lo público, para llegar al bien común. Esto es independiente  de  leyes y reglamentos que sancionan a quienes voluntariamente no cumplen con ellos.



La corrupción es todo acto que causa una alteración o un vicio sobre una cosa determinada, en general se le considera como el aprovechamiento indebido de la administración de un patrimonio común y en particular, a la gubernamental, como la desviación de los fines de la función pública. Por su parte, el Banco Mundial la define como el abuso del poder público en beneficio propio.

Dado que la corrupción no es un estado congénito del hombre, pues existen países donde casi no existe como Nueva Zelanda, Dinamarca y Finlandia,  podemos decir que lo que la determina son los modos de vida, su organización política y social, especialmente el grado de libertades civiles con que cuentan,  como la  de prensa (uno de los pilares de la denuncia),  así como las actitudes y afanes de riqueza  de sus políticos, burócratas y empresarios que, considerándose más astutos que el resto de la población y al violar la ley, se ven favorecidos económicamente.

De esta forma,  independientemente del talento, la eficiencia, la habilidad, el trabajo y la iniciativa individual, las decisiones sobre el reparto del poder y de la riqueza han sido influidas,  a través de la historia,  no por una competencia equitativa, o de bienestar general, sino por una forma de vida en que los propios intereses están por encima del crecimiento de todos.

"Aunque para algunos católicos,  con base en La Biblia, el primer acto de corrupción se produce cuando Eva, tentada por la serpiente, corrompe a Adán convenciéndolo de que comiera la manzana, es decir el fruto del árbol del bien y el mal.
A partir de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial se ha dado un mayor crecimiento poblacional,  lo que ha originado una más acelerada  urbanización y degradación del medio ambiente, y el encarecimiento de las materias primas y los recursos energéticos, aunque con el avance de la ciencia y nuevas tecnologías se han dado cambios importantes en los ingresos de la población y en la forma del trabajo, pues se inicia el paso de la llamada manufactura a la mentefactura, lo que repercute  en beneficio del individuo y de la sociedad."


                                                                                          Juan Roberto Zavala

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